martes, 8 de enero de 2013

El tonto eres tu

Despedía el año viejo igual lo había atravesado, a base de sustos, cuando entre el ruido de los resúmenes de noticias se me quedaron atrapadas dentro dos. Eran noticias de esas humildes, fugaces, que pasan sin hacer ruido, aplastadas por avalancha de datos económicos que entienden muy pocos y se creen muchuos menos, ensordecidas por el agitar de las banderas y la hemorragia patria.

La primera contaba que cuatro concejales del PP en un pueblo de Huelva han dimitido (sin abandonar el cargo, por supuesto) por discrepancias con la dirección provincial del partido que a su vez se defiende acusando, según el manual de cabecera del partido del poder. Parece ser que el verdadero descontento de los tránsfugas es de base crematísitica, o sea, que no han conseguido los boyantes empleos que ellos pensaban obtener al ganar las elecciones.
Lo que pasa es que se equivocaron de sitio. Eso en Galicia no les hubiese pasado, porque allí tenemos eso mucho mejor organizado. Y si no que le pregunten a los cienes y cienes de parientes de Baltar, que convirtió la diputación de Ourense en una permanente cena familiar de Navidad.

La otra mejilla informativa la ponían los cerrajeros de Pamplona, que anunciaban que se negaban a colaborar en un sólo desahucio más, hartos de taparse la nariz ante la pestilencia que desprende la voracidad bancaria. Se ve que no tenían cuerpo para aguantar varias veces a la semana la desolación de los ancianos, las madres, los niños y demás familia, con sus bártulos en la calle mientras los defensores de sus derechos los dejaban con una mano delante y la otra detrás. Probablemente el robo inmobiliario no se reduzca nada, pero contribuye a rebajar la sensación de asco. Su portavoz lo ha dicho con una ingenuidad meridiana: “Sabemos que no vamos a comenzar una revolución, pero queremos que sirva como mecha para que la sociedad navarra se plantee cómo solucionar una situación injusta”.

Unos representan la vertiente más genuina de la filosofía “¿que hay de lo mío?” que practica una buena parte del país, especialmente de sus dirigentes políticos, sociales y económicos, dispuestos a vender a su madre envuelta en papel de plata. Los otros vendrían a representar a esa masa de pringados que, a punto de perder la camisa, pretenden mantener la dignidad, aunque con eso e el super no te den ni los buenos días. Para todos ellos dejó el ministro Ruíz Gallardón la frase lapidaria del año: “Gobernar a veces es repartir dolor”.... y algún que otro chollete, a tenor del plantel de corruptos, tramposos y fulleros que se pasean por el telediario.

Dicen los expertos jugadores que si te sientas en una timba y a los diez minutos no has descubierto al tonto, el tonto eres tu. Así que si eres de los que desde hace demasiado tiempo no tiene un golpe de suerte, nunca le cae una buena mano y ve como la pasta se evapora mientras la banca gana una partida tras otra, empieza a buscar al tonto. Si además te empeñas en elegir siempre a los mismos para repartir las cartas, entonces vete empezando a pensar que, a lo peor, el tonto eres tu.