sábado, 8 de junio de 2013

GOTAS QUE COLMAN VASOS

Ana tiene 37 años y una niña de diez. Hace doce meses que su ex marido hace cola en el INEM y no le pasa un euro de pensión. En los tres últimos meses ha conseguido mantener el tipo cada vez que abre una carta del banco anunciando números rojos, cada vez que le miente a su hija sobre el origen de la ropa que le envían desde la parroquia, cada vez que su madre le riñe por la dejadez de su aspecto, cada vez rellena los bocadillos con más tristeza que mortadela.


Hasta esta mañana ha sido capaz de inventar razones para convertir una tarde de desilusión en un parque de fantasía infantil, para sacar sonrisas del cajón de la desesperación. Pero esta mañana, al abrir la lavadora y ver los últimos pantalones nuevos que la niña se empeñó en llevar al cumpleaños de una amiga, dos lágrimas enormes se han descolgado de sus ojos. Una ha caído en un roto y la otra en un descosido.