miércoles, 16 de julio de 2008

Esto se hunde

“Martín se fue a la mierda.
¡¡Ay señor, ay señor, que pena!!
Y con él toda su empresa...
y un montón de desgraciaos.”

Llevan los opinólogos dos días sin parar de darle al botón de alarma. ¡Esto se hunde!. Resulta que (os lo cuento por si vivís en Marte) la que pasaba por ser la mayor constructora del país ha declarado “solicitud de concurso de acreedores”, que es un forma tonta de llamarle a la antigua “suspensión de pagos”, que ya de por sí era una forma elíptica de decir “oficialmente me he quedado sin un puto duro y, como el estado no me haga un préstamo-regalo, no te voy a dar ni un puto euro”.

¡Atención los listos!. No, vosotros no podéis declarar vuestras deudas como “solicitud de concurso de acreedores”. Vosotros no podéis endeudaros hasta lo impagable contándoles a los bancos que vuestro negocio durará toda la vida, ganando cada año más que el anterior, vendiendo castillos dibujados en un papel; y sobre todo, ni tenéis cara de aspirante a la presidencia del Madrí, ni podéis pedir dinero al estado....dad gracias a poder pagarle.

Entre todo el aluvión de datos de Martinsa-Fadesa se me ha colado uno en la neurona. La empresa en cuestión tiene prevista una urbanización en Valencia, que no ha comenzado a construirse pero que ya tiene pisos vendidos aunque “está en proceso de concesión de licencias y permisos”. O sea, los tíos todavía no tenían licencia y ya habían vendido la casa, que por cierto no existía. No quiero ni pensar en el resto del chamulleo.

En fin, esto se hunde. No hay gente ‘pa’ tanta casa y los pobres especuladores van a tener que retirarse a llorar en la soledad de sus fincas, amargados al borde de la piscina y consolándose con un miserable Moët Chandon. ¿Y nosotros?. Pues podemos pillarnos una copa y ponernos a contemplar el ocaso del planeta que, por el momento, es gratuito e imparable.

domingo, 6 de julio de 2008

Ilusión Europtica

Durante la pasada Eurocopa un día me quedé dormido mientras la gloriosa selección española exhibía con orgullo su camiseta patrocinada por una marca de coches coreanos, y tuve un sueño.

Soñé que un montón de chavales jugaban la liga europea, que esta vez incluía a los turcos, y que los nuestros iban ganando. Que los nuestros eran un grupito de distintas procedencias, que jugaban sincronizados como un reloj y que cuando volviesen a sus respectivas casas/club volverían a ser rivales, que no enemigos. Creí que el RH negativo, se mezclaba con el salero sureño y se aliñaba con el 'seny' mediterráneo, para pasar tamizado por la sobriedad mesetaria, y que todo eso daba un plato sabroso y picantón, de digestión amable y placentera.

Entonces me despertaron los alaridos de una manada enarbolando banderas, azuzada por los ladridos de los pastores televisivos y dirigida por unos odres barbados disfrazados de toreros. La muchedumbre apestaba a patriotismo barato, justo el mismo hedor que despedían sus detractores. Unos y otros se escupían a la cara el rencor envuelto en banderitas de colores.

Mientras me despertaba del todo, llegaron en cayuco casi dos centenares de afortunados sobrevivientes que tendrán la oportunidad de colaborar en el progreso de Europa trabajando, en el mejor de los casos, 60 horas semanales, o en el peor de los casos, residiendo a cuenta del estado del bienestar durante 18 meses en un centro de concentración.....perdón, quise decir, de acogida.