jueves, 18 de junio de 2009

La terca realidad







A finales del año pasado andaba yo por A Coruña realizando un documental para la delegación de Accem en la ciudad, una organización en la que media docena de personas batallaban a diario contra las trabas burocráticas y las miopías políticas, para echarles una mano a los que, después de penar por medio planeta, habían recalado en la ciudad para implorar asilo político. Ya sé que explicarlo así, no es lo políticamente correcto, pero aunque la pinte de verde, la realidad es terca y las buenas palabritas no van a mejorar la situación de los “solicitantes de asilo”.

En ese trabajo tuve la oportunidad de conocer a un caballero llamado Bijan, que había salido por piernas de Irán para solicitar asilo político en nuestro país. El bueno de Bijan se había preparado un discurso que nos soltaba una y otra vez para que se nos metiese en la mollera. La cosa se resumía más o menos así: “Irán es una una dictadura islámica” y “sin libertad para niña y mujer, no hay seguridad para la democracia”. Durante siete días mi compañero David y yo echamos mano de todas las estratagemas que se nos ocurrieron para que saliese de esa pesadilla circular y nos hablase de cosas más personales: de la familia que había dejado en aquel cortijo de ayatolás, de su vida oculto durante años estudiando inglés en un sótano, de sus ilusiones para el futuro.... en fin, de esas cosas que los periodistas creemos que venden más y llegan mejor a la gente, de eso que llamamos “un perfil menos político y más humano”

Incluso llegamos a convertir las frases de marras en una especie de chistecito personal recurrente. Que ingenuos, arrogantes y patéticamente occidentales debimos resultarle a Bijan. Que tercamente elegante estuvo él en la insistencia por colocarnos su mensaje. No perdió nunca la sonrisa y nos fue desgranando una realidad que no por conocida era menos ignorada.

Hace una semana que esa realidad me sacude desde todos los periódicos, desde todos los informativos. Mañana se estrena “La frontera de papel”, ese documental en el que Bijan cobrará un protagonismo inesperado gracias a la cerrazón criminal de unos dictadores palurdos que se aferran al poder frente a unas masas que piden libertad, seguridad y democracia para niñas, mujeres y todo tipo de ciudadanos. Mañana la gente de Accem, y todos los que como ellos trabajan para hacer de este planeta un mundo un pelín más justo, celebrarán el día internacional del refugiado político. Sirvan estas líneas como el homenaje de un escéptico periodista, encantado de ver como el discurso del corazón es más fuerte que la teoría profesional.