martes, 13 de diciembre de 2011

No me líes más


Llevamos casi 25 días con un gobierno provisional, que para el caso es lo mismo que sin gobierno y aquí no ha pasado nada, o mejor dicho, casi estamos más tranquilos que antes, cosa que demuestra para lo poco que sirven los gobiernos y quien manda realmente aquí: Merkozí y los Mercados, que aunque lo parezca, no es un grupo de rock.

Son 552 horas de amenazas con la que se avecina, de rumores sobre catastróficos recortes sociales y de genuflexiones de nuestros presuntos mandamases ante los absolutos mandatodo del dinero. Son 33.120 minutos desde que la más patética de nuestras patéticas campañas electorales acabó en un jornada de reflexión que tuve la fortuna de celebrar con una noche de música y juerga con amigos y colegas. Y digo la fortuna, porque no sólo me lo pasé como un enano, con perdón de los acondroplásicos, si no que además tuve unas afortunadas revelaciones políticas fruto a la par de la ingesta de bebidas espirituosas y de las letras de los dos grupos del concierto: Don Vito y Aerostato.

La cosa tenía como escenario la Sala Begood de Barcelona, donde convocados por los perros verdes de Groc Dog, nos dimos cita un puñado de viejos amigos que nos abrazamos entusiásticamente y nos deleitamos con las dos bandas (nunca mejor dicho) que actuaron. Aerostato venían de Madrid, liderados por Ángel Carmona, el conductor del programa de Radio 3, “Hoy Empieza Todo”, que reconoceréis que es un nombre que venía al pelo para tal noche. Los aerostatos derrocharon verborrea, desfachatez y buena música, con letras lisérgicas que hablan del año nuevo chino, la sopa o la vida propia del mobiliario doméstico. Mi cráneo privilegiado captó de inmediato el mensaje: se acercan tiempos delirantes en los que unos cuantos seguirán viviendo de la sopa boba y viene una nueva remesa dispuesta a arramblar hasta con los muebles, mientras nos amenizan con cuentos... chinos, por supuesto.

Por si no fuera un mensaje lo suficientemente diáfano, los Don Vito se encargaron de despejar mis últimas dudas. Camil, Mariano y Juan, vestidos con una elegancia impecable, como corresponde a unos fieles seguidores del “capo di tutti capi”, desplegaron ante mis orejas un alud de sabiduría del que tardé varios días en recuperarme, San Bourbon mediante. Para muestra, el botón de su tema Miedo, que habla de “políticos canallas, empresarios sin agallas, banqueros reprimidos, hipotecas impagables, prestamos derrochadores, desacuerdo entre regiones.... fabricando miedo, despidiendo corazones”. Por si no se entendía bien, que hay mucho torpe suelto, su tema estrella de la noche fue “No me líes más”, una frase que, llamame tiquismiquis, me suena dentro del cráneo, al más puro estilo Homer Simpson, cada vez que escucho a un político.

Quizá penséis que tengo un rostro que me lo piso al endilgaros una crónica de un concierto de hace casi un mes.. y tenéis razón. Pero a parte de que se lo debía a mis Don Vito del alma y los Groc Dog de mi corazón, ayer se me iluminó el cerebelo cuando leí unas declaraciones de nuestro inminente presidente que rezaban (y va sin segundas): “Lo que no va a entender la gente es que se hagan cosas de las que tengamos que avergonzarnos..... estas son las propuestas razonables, podía haber habido otras, pero hay que proponer, como todo el mundo sabe, lo que hay que proponer”. Ante tal despliegue de sapiencia comencé a derramar lágrimas de agradecimiento por semejante guía y luz en los próximos años y decidí compartir con vosotros este embrollo de deterioro mental que he desarrollado desde la jornada de reflexión y que, como los mandamientos, se resumen en dos: tenemos lo que nos merecemos y aquí pasará lo que tenga que pasar.