lunes, 16 de febrero de 2009

Mía o de nadie


Hablan ahora las amigas: ella era un perrito faldero.
Suena el eco de las palabras del matón: como te vea con otro verás.
Alardean los amigos: era un chulito que se achantaba con los tíos.

Y se sirven raciones de escándalo, se consumen tajadas de morbo en las mismas teles que alimentan a esas criaturas que hacen lo que ven y dicen lo que escuchan. Corren lágrimas de cocodrilo en los mismos programas en los que triunfa el más despiadado y embelesa el más caradura.

Es la ética del perro del hortelano.
La moral tabernaria del por mis huevos.
El orgullo cavernícola del macho despreciado.

Sentencian los opinólogos a una juventud sin modelos, se lavan las manos los Pilatos que negocian con las miserias ajenas, que se forran con la competitividad ajena y que llevan por divisa el triunfo a toda costa.

Acodado en la barandilla mediática, en primera fila del espectáculo, mientras se rastrea un cuerpo en el río, clama ahora el pueblo enfurecido: más leyes, más cárceles, más condenas.

En una habitación una niña de 15 años llora embarazada porque su novio se ha convertido en el asesino de otra de 17. Y de fondo sigue sonando como siempre una canción nunca escrita y eternamente tarareada: la maté porque era mía.

4 comentarios:

Lucky Tovar dijo...

Todo es un circo mediático, un falso lamento, y en medio, alguien que, como tú, escribes una de esas raras verdades que no son subjetivas. Nuestros adolescentes son también nuestros herederos genénicos, el espejo de nuestro comportamiento, y la conscencia retorcida de nuestra desidia.

Anónimo dijo...

que decir, es jodio pero real, es duro e irracional, lástima que tengamos que escribir y opinar sobre estas barbaridades ¿humanas?.

Anónimo dijo...

como dejes de escribir te mato. Duro, brillante y sin concesiones el retrato de la banalizacion y la futileza del trato de la miseria ajena para lucro de alguien sin un puto escrúpulo.
Felicidades, manel por tus palabras.
Un saludo.
Borja Farré Sender.

Videos dijo...

Queridos mios, los escrúpulos son el lujo de los que no tienen nada que perder, excepto quizá la verguenza ajena. Gracias por escribir.